El Vaticano se prepara para el cónclave más tecnológico de la historia tras la muerte del papa Francisco

Un desafío de seguridad sin precedentes

En 2005, por primera vez en la historia, los teléfonos celulares fueron prohibidos durante el cónclave, el proceso mediante el cual la Iglesia católica elige a su nuevo papa. Veinte años después, tras la muerte del papa Francisco, el mecanismo de elección se pone en marcha de nuevo en un contexto tecnológico radicalmente distinto. Las autoridades vaticanas enfrentan ahora desafíos como la inteligencia artificial, drones, satélites militares, micrófonos microscópicos y un mundo hiperconectado a través de redes sociales.

El protocolo de sede vacante

Con el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio a los 88 años, quien gobernó la Iglesia desde 2013, se activan los protocolos de sede vacante. El cónclave deberá realizarse aproximadamente 20 días después de la muerte del pontífice, tiempo durante el cual el Vaticano se transforma en una fortaleza de seguridad.

A diferencia de cónclaves anteriores, el de 2025 deberá lidiar con riesgos tecnológicos impensados en el pasado.

Tecnologías de bloqueo y aislamiento

El Vaticano implementará medidas extremas para garantizar el secreto del proceso:

  • Inhibidores de señal que crearán un «búnker electrónico» en las zonas donde residirán y votarán los cardenales
  • Inspecciones exhaustivas del personal y participantes en busca de dispositivos electrónicos
  • Películas opacas en ventanas para evitar fotografías satelitales o con drones
  • Revisión minuciosa de las instalaciones en busca de micrófonos o cámaras ocultas

Un territorio hipervigilado

La pequeña Ciudad del Vaticano, con sus 0.44 km², se convierte durante el cónclave en uno de los lugares más vigilados del planeta:

  • 650 cámaras de vigilancia monitorean las calles desde un centro de mando subterráneo
  • El Cuerpo de Gendarmería vaticano y la Guardia Suiza Pontificia (equipada con armamento moderno) garantizan la seguridad
  • Se espera la presencia de unos 200,000 fieles una vez anunciado el nuevo pontífice

El ritual del cónclave

El proceso de elección mantiene tradiciones centenarias combinadas con modernas medidas de seguridad:

  • Los cardenales se aíslan en la Casa de Santa Marta sin contacto con el exterior
  • Las votaciones se realizan en la Capilla Sixtina con papeletas físicas
  • Nueve cardenales supervisan el proceso: tres cuentan votos, tres recogen papeletas de enfermos y tres supervisan el escrutinio
  • El humo blanco (con paja húmeda) o negro (con productos químicos) comunica los resultados al mundo

El momento culminante

Una vez elegido, al nuevo papa se le pregunta si acepta el cargo y qué nombre pontificio adoptará. El cardenal protodiácono anuncia entonces al mundo con el tradicional «Habemus Papam» desde el balcón de la Basílica de San Pedro, seguido de la primera bendición Urbi et Orbi del nuevo pontífice.

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